domingo, 25 de diciembre de 2011

Las montañas de coque ganan espacios en Complejo de Jose.


15 mil toneladas diarias de coque se producen en el complejo de Jose Foto: Carlos Reyes
El Criogénico José Antonio Anzoátegui, ubicado entre los municipios Peñalver y Bolívar, ha provocado una alarma entre los habitantes de las comunidades aledañas,  debido a la acumulación  de grandes montañas de coque en los últimos tres años, informa El Tiempo.
Los residentes de las zonas urbanas y rurales de Píritu, Puerto Píritu, Clarines y Barcelona aseguran que muchas de sus afecciones de salud se deben a la propagación de esa sustancia en el ambiente.
De acuerdo con  información suministrada por trabajadores y dirigentes de Pdvsa, la nacionalización de la industria petrolera en el año 2006 generó una cadena de problemas: la falta de mantenimiento aceleró  el deterioro de  las máquinas, los productos disminuyeron su calidad y la comercialización bajó. Lo único que aumentó fue la cantidad del subproductos en los almacenes.
Dentro y fuera del área de almacenamiento se observan montañas de coque, la más grande se puede ver desde la autopista Rómulo Betancourt. Sus dimensiones son de tal magnitud  que las gandolas que suben para acopiarlo, se ven diminutas. Además, impide la visión de una parte del criogénico.
El coque es un subproducto de la refinación del petróleo pesado de la Faja del Orinoco, labor que es efectuada por  las empresas mejoradoras Petropiar, Petrocedeño, Petromonagas y Petroanzoátegui, todas ellas ubicadas en el complejo petroquímico.
Cada mejorador tiene una correa que transporta el residuo hasta los patios de almacenamiento, donde se encuentra una principal que va directo al muelle de carga. Pero debido a varios accidentes ocurridos dentro de las plantas, la cinta que pertenece a Petroanzóategui es la única que funciona.
Tesis
Pedro Lavana, presidente de la Fundación Ecológica de Peñalver, aseguró que el coque está dividido en micropartículas que fácilmente pueden entrar a las vías respiratorias, a través del aire.
Asimismo señaló que su alto contenido de vanadio y níquel amenazan a la vegetación. “Sin ir muy lejos, todas las matas que se ubican en la montaña que está frente al complejo perdieron su color verde, ahora tienen una pigmentación negra”.
Los habitantes de Píritu y Puerto Píritu constantemente perciben el fuerte olor que emana de las cuatro plantas mejoradoras,  el cual se intensifica en la noche.
Claudia Valderrama, una locutora de Puerto Píritu, luego  de sufrir una faringitis, asistió a una consulta especializada en  Lechería, donde un médico  le aseguró que la afección fue ocasionada por la inhalación de coque.
Sin embargo, las estadísticas del hospital Pedro Gómez Rolingson de Píritu, son contradictorias ya que entre  2001 y 2010 el número de pacientes atendidos por afecciones respiratorias tuvo una variación mínima del 4%.
Tomando como referencia los años 2001, 2006 y 2010, la cantidad de casos registrados  por el área de emergencias fue de 4 mil 411, 3 mil 305 y 4 mil 281, respectivamente.
Las enfermedades más comunes, por tener mayor incidencia, fueron los síndromes gripales y amigdalitis.
La neumonóloga Vilma Armas, con más de 15 años de experiencia,  explicó que generalmente estas afecciones aparecen en la niñez, y en la adultez se exacerban al tener contacto con materiales y sustancias infecciosas.
Mencionó que la rinosinusitis, asma, bronquitis, neumonía y rinofaringitis, con frecuencia, se reactivan transcurridos largos periodos y, sobre todo, en la época de lluvias.
Entre sus pacientes se encuentran algunos trabajadores petroleros, pero a la fecha no ha confirmado el primer caso que se haya originado por la inhalación de coque.
Propuestas
A juicio de la doctora Armas, para conocer el efecto del coque en los seres humano es necesario realizar una prueba de ensayo y error, que consistiría en elegir una muestra entre las personas que están en contacto directo e indirecto con el producto y hacerle un seguimiento.
El ambientalista Lavana reiteró que el Ministerio del Ambiente debe colocar  aparatos para la medición de la calidad del aire que se respira en la zona, a fin de  determinar la cantidad de sustancia que se desplaza con el viento.
Salir  del coque
Un convenio que se quedó en “veremos”
A través de un comunicado de prensa emitido por Petróleos de Venezuela, Pdvsa, a mediados de este año, Petroanzoátegui firmaría un convenio con la empresa de origen italiana Energycol, con el propósito de restaurar el sistema para el manejo del coque. El acuerdo consistía en la limpieza, mantenimiento de las cintas de transportación y remoción del material. A  cambio recibirían coque como pago. El tiempo estimado para desarrollar el proyecto de 110 millones de bolívares  era de seis meses. Posteriormente se regularían las cargas hacia otros países.
Sin embargo, hasta la actualidad la negociación no se había concretado, pues surgió una segunda opción: la conversión de una empresa mixta con Carbonarca, la  cual aún está en estudio.
Petropiar prepara un terreno alterno
Al parecer, Petropiar finiquitó un acuerdo con una empresa Iraní para el mismo fin. De acuerdo con fuentes extraoficiales, un equipo de técnicos evalúa los daños de la cinta transportadora y otros equipos mecánicos. En los patios de almacenamiento ya se observan las actividades de logística con camiones traídos de ese país.
Ministro Ramírez anuncia nuevo proyecto
En rueda de prensa ofrecida en Puerto La Cruz,  el pasado mes de septiembre, el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, anunció que a corto plazo iniciaría la reducción de la acumulación del coque en Jose. Explicó que Pdvsa prevé retomar las exportaciones, a través de unas negociaciones que esperan firmar con China y Japón para el suministro de este compuesto con el fin de generar electricidad. Así mismo informó la existencia de un preacuerdo con Turquía para intercambiar viviendas por coque. En esa oportunidad aclaró que la eliminación del compuesto es imposible porque resulta del procesamiento del petróleo.
Una montaña y ocho cerros
El área de almacenaje de los mejoradores que operan en el Criogénico José Antonio Anzoátegui alcanzó su máxima capacidad. En el lugar se observan ocho cerros de coque, en vez de disminuir, cada día están más altos. Debido a la imparable producción de coque, Pdvsa se vio en la necesidad de almacenarlo en zonas improvisadas. Este acopio comenzó en 2008 y, transcurridos tres años, lo que comenzó como un alud de polvillo ha multiplicado su tamaño hasta convertirse en una gran montaña color negro que alcanza la altura de un edificio de 15 pisos.

Tres buques
El mal funcionamiento del sistema de traslado y la comercialización, casi inexistente, han disminuido considerablemente la salida del coque que se produce en el Criogénico José Antonio Anzoátegui. Hasta 2006, las embarcaciones extranjeras cargaban 50 mil toneladas del producto cada dos días, exportando mensualmente unas 750 toneladas. Pero esa cantidad ha ido disminuyendo, al extremo de que actualmente sólo cargan tres embarcaciones, con lo cual sólo se exportan 150 toneladas, las 600 toneladas se suman a las que están almacenadas.

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